Anexo:Prevención de riesgos laborales en el sector sanitario

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Se incluyen como profesionales de la salud a todos los trabajadores que tienen como misión común promover o conservar la salud. Se trata, pues, del personal propiamente sanitario (médicos, enfermeros, auxiliares...) así como el de apoyo y mantenimiento a los medios sanitarios (cocinas, mantenimiento, lavanderías, etc.) y, en extenso, a trabajadores de la industria farmacéutica. Todos agrupados constituyen uno de los colectivos más importantes de un país, con un elevado número de trabajadores.

Riesgos biológicos

Señal de advertencia de riesgos biológicos

El riesgo biológico en el sector sanitario se produce por la posibilidad de exposición a los agentes biológicos: bacterias, hongos, virus, parásitos, esporas, productos de recombinación, cultivos celulares humanos o de animales y los agentes biológicos potencialmente infecciosos que estas células puedan contener, como priones, además de varios tipos de toxinas.

Una de las causas más frecuentes de exposición a los riesgos biológicos en el sector sanitario es el contacto con sangre, tejidos y otros fluidos corporales que contengan sangre. Los puestos de trabajo sanitarios son los de mayor posibilidad de exposición accidental (enfermería, auxiliares, facultativos), pero se dan casos también entre los no sanitarios (personal del servicio de limpieza, lavandería y celadores).

Actuaciones ante exposición accidental a agentes biológicos

Tras una exposición percutánea (punción o corte)

  • Retirar el objeto causante.
  • Permitir que la herida sangre libremente e incluso inducir el sangrado.
  • No exprimir ni frotar la zona lesionada.
  • Limpiar la herida con agua o suero fisiológico.
  • Lavar la zona inmediatamente, utilizando jabón o una solución suave que no irrite la piel.
  • Si no se dispone de agua corriente, limpiar la zona con un gel o una solución para la limpieza de manos.
  • No utilizar soluciones fuertes, como lejía o yodo o productos cuya base sea el alcohol, ya que pueden irritar la herida y empeorarla.
  • Desinfectar la herida con antisépticos.
  • En caso necesario, cubrir la herida con un apósito impermeable.

Tras una salpicadura de sangre o líquidos corporales en piel intacta

  • Lavar la zona inmediatamente con agua corriente.
  • Si no se dispone de agua corriente, limpiar la zona con un gel o una solución para la limpieza de manos.
  • No utilizar desinfectantes fuertes como los productos cuya base sea el alcohol.

Exposición de los ojos o membranas mucosas

En todos los casos, se deberá contactar inmediatamente con un profesional sanitario.

Ojos
  • Enjuagar inmediatamente el ojo expuesto con agua o suero fisiológico, durante 10 minutos.
  • Sentarse en una silla, inclinar la cabeza hacia atrás y pedir a una persona que vierta agua o suero fisiológico delicadamente en el ojo, levantando y bajando los parpados con suavidad para asegurarse de que el ojo se limpia a fondo.
  • Si se llevan lentes de contacto, dejarlas puestas mientras se realice el enjuague, ya que forman una barrera sobre el ojo y ayudarán a protegerlo. Una vez que se haya limpiado el ojo, retirar las lentes de contacto y limpiarlas de la forma habitual. De esta forma se podrán volver a utilizar sin riesgo.
  • No utilizar jabón o desinfectante en el ojo.
Boca
  • Escupir inmediatamente.
  • Enjuagar la boca a fondo utilizando agua o suero fisiológico y volver a escupir. Repetir este proceso varias veces.

Salpicaduras o derrames de material infeccioso

  • Utilizar guantes resistentes, así como toda la ropa protectora y los equipos de protección individual que fueran necesarios (protección ocular, facial…)
  • Evacuar la zona si hay alto riesgo de infección.
  • Verter un desinfectante apropiado sobre la zona contaminada.
  • Cubrir el derrame con paños o toallas desechables.
  • Retirar todos los materiales, teniendo especial precaución en caso de haber vidrios rotos u objetos punzantes y colocar el material contaminado en un recipiente adecuado.
  • Tras la limpieza, quitarse los guantes y la ropa de trabajo y lavarse adecuadamente.

Véase también

Medidas preventivas para reducir los riesgos biológicos.

Medidas higiénicas básicas frente a agentes infecciosos.

Prevención de lesiones por objetos cortantes y punzantes.

Equipos de protección individual contra agentes biológicos.

Residuo sanitario.

Riesgos químicos

Agentes químicos más comunes en el sector sanitario

  • Agentes anestésicos inhalatorios: óxido nitroso, halotano, enflurano, isoflurano, sevoflurano y desflurano.
  • Agentes esterilizantes: óxido de etileno.
  • Alcoholes: metilalcohol, etilalcohol, isopropilalcohol, etilenglicol, propilenglicol...
  • Aldehídos: formaldehído, glutaraldehido.
  • Citostáticos: metotrexato, ciclofosfamida, vimblastina, docetaxel, vindesina...
  • Disruptores endocrinos: alquilfenoles, bisfenol-A, dioxinas, disolventes (ej. percloroetileno), estireno, ftalatos, bifenilos policlorados (PCB)…
  • Metales: mercurio, plomo...
  • Residuos sanitarios.
  • Amianto.
  • Otros productos: pinturas, limpiadores, desinfectantes, disolventes (ej. dimetilsulfóxido o DMSO), biocidas (insecticidas, plaguicidas)...

Riesgos dermatológicos en el sector sanitario

Las dermatosis profesionales en sanitarios son difíciles de clasificar, debido a que existen numerosas profesiones en las que los riesgos son muy diferentes (radiólogos, cirujanos, bioquímicos, farmacéuticos, enfermeros, dentistas, etc.), pudiéndose encontrar no solo dermatosis de origen químico (irritativas y alérgicas), sino también de origen físico (radiodermitis) e infeccioso. Principalmente, en el medio sanitario las dermatitis de contacto son debidas al manejo de productos químicos variados, unas veces utilizados como material de trabajo y, en ocasiones, empleados para la higiene y desinfección.
Es necesario distinguir dentro de este apartado a los dentistas y protésicos dentales, los cuales, por la utilización de resinas diversas, de gran poder sensibilizante —principalmente acrílicas—, presentan una alta incidencia de dermatosis profesionales. Igualmente, en los cirujanos ortopédicos también se encontrarán altos índices de sensibilización por el uso de cementos acrílicos.

La incidencia de la dermatitis irritativa será muy frecuente entre el personal de enfermería y quirófanos, debido a la utilización de múltiples productos antimicrobianos en los lavados repetidos de manos. Estos mismos productos pueden sensibilizar, generalmente por las fragancias o los conservantes que contienen.

Además, el personal sanitario sufre una alta incidencia de sensibilización al látex, debido a la utilización masiva de este material en la protección (guantes de látex principalmente), lo cual ha originado la frecuente aparición de urticaria alérgica de contacto al látex, con graves repercusiones socioeconómicas entre este personal. Afortunadamente, esta incidencia ha disminuido mucho en los últimos años, gracias a los esfuerzos por sustituir los guantes de látex de consultas y quirófanos, o bien de reducirlos a su mínima expresión.

Las manifestaciones por hipersensibilidad inmediata al látex varían desde un cuadro que presenta únicamente prurito, con o sin eritema, edema o habones en zonas de contacto, o incluso urticaria generalizada, síntomas sistémicos (oculares, respiratorios, gastrointestinales, cardiovasculares), shock anafiláctico y, en los casos muy intensos, el fallecimiento. La urticaria es la clínica más común en los casos de exposición cutánea y directa, pero cuando la exposición es aérea (zonas de quirófanos o salas donde se han utilizado guantes de látex), la sintomatología puede consistir en rinitis, conjuntivitis o asma, provocados por los antígenos del látex, que son fácilmente vehiculizados en el polvo de los guantes.

  • Irritantes: jabones desinfectantes, antimicrobianos, disolventes, material de laboratorio y formaldehído (formol).
  • Sensibilizantes: componentes de los guantes de goma mencionados anteriormente, látex, resinas acrílicas y epoxy, formol, Kathon CG, glutaraldehído, medicamentos (antibióticos, sulfamidas...), etc.

Véase también

Medidas preventivas en la manipulación de agentes químicos peligrosos.

Equipos de protección individual contra agentes químicos.

Almacenamiento de agentes químicos peligrosos.

Riesgos físicos

Señal de advertencia de radiaciones no ionizantes
Señal de advertencia de campo magnético intenso
Señal de advertencia de radiaciones láser
Señal de advertencia de materias radiactivas

Principales riesgos físicos en el sector sanitario

  • Radiaciones ionizantes empleadas en radiodiagnóstico, radiología intervencionista y radioterapia (aceleradores lineales).
  • Campos magnéticos asociados a la resonancia magnética nuclear o a equipos de rehabilitación.
  • Radiaciones infrarrojas, onda corta y microondas utilizadas en rehabilitación.
  • Láseres utilizados en cirugía, oftalmología, dermatología o rehabilitación.
  • Radiación ultravioleta utilizada en la esterilización del material clínico, en fototerapia y en fotocopiadoras.
  • Equipos de soldadura que pueden emitir radiación ultravioleta, visible o infrarroja, etc.

Medidas preventivas

  • Funcionamiento de los equipos solo durante el tiempo de duración del tratamiento (desenchufar y no dejar en stand-by), ya que los niveles de radiación en los puestos de trabajo son mayores cuando no existe aplicación al paciente.
  • Reducción de la densidad de potencia de la radiación (no poner nunca las potencias máximas), eligiendo la intensidad más baja de funcionamiento del aparato sin que ello afecte a la dosis que debe recibir cada paciente.
  • Aumento de la distancia de seguridad de los profesionales hasta la finalización del tratamiento (la intensidad de la radiación disminuye de forma inversamente proporcional al cuadrado de la distancia)
  • Reducción del tiempo de exposición de los trabajadores y trabajadoras mediante la rotación de los profesionales que aplican las radiaciones a los pacientes, evitando la exposición de aquellos a los que no se les puede garantizar total seguridad por sus circunstancias individuales (embarazadas, portadores de marcapasos, trabajadores y trabajadoras con estados febriles o con terapias con fármacos termorreguladores)
  • Instalación del equipo en un lugar lejano a fuentes de calor (estufas, radiadores, o emisores de aire caliente), evitando la exposición a la luz directa del sol, el polvo, la humedad y las vibraciones o choques violentos.
  • Realización del mantenimiento, revisiones y reparaciones de los equipos por personal autorizado, en las fechas establecidas por el fabricante. Registro de las operaciones efectuadas.
  • Control sanitario y vigilancia epidemiológica de la exposición, con el fin de evaluar posibles efectos a medio y largo plazo de los campos electromagnéticos.
  • Separación de los equipos, en la medida de lo posible, ya que debido al espacio del que normalmente se dispone, es frecuente que los equipos de terapia de onda corta y de microondas se hallen localizados en compartimentos adyacentes, de forma que la presencia de ambas es simultánea, lo que debe tenerse en cuenta en las posibles valoraciones e interferencias.
  • Colocación de pantallas metálicas conectadas equipotencialmente a tierra, con el fin de que la energía que transporta la radiación pueda ser absorbida por estas.
  • Uso de equipos de protección individual cuando sea necesario: protectores oculares, ropa de protección contra la contaminación radiactiva, guantes de protección contra las radiaciones ionizantes y la contaminación radioactiva.
  • Colocación de señales de advertencia que adviertan de la existencia de campos y ondas electromagnéticas. Las zonas de exposición a radiaciones ionizantes se señalizarán del siguiente modo:

Riesgos ergonómicos

Principales actividades con riesgo ergonómico en el sector sanitario

  • Manipulación manual de cargas: determinadas tareas requieren el manejo de cargas pesadas, como la movilización de enfermos o el traslado de material (botellas de oxígeno, cajas de productos sanitarios...).
  • Incorrecta higiene postural..
  • Movimientos forzados.
  • Sedentarismo.
  • Movimientos imprevistos: si el paciente realiza un movimiento brusco no esperado, es necesario que el trabajador lleve a cabo un sobresfuerzo que, además, suele hacerse rápidamente y con posturas inadecuadas con lo que aumenta el riesgo de producirse una lesión.
  • Uso de pantallas de visualización de datos.

Riesgos psicosociales

A menudo el personal sanitario lleva a cabo trabajos a turnos tanto diurnos como nocturnos. A fin de reducir los riesgos derivados de este hecho, se recomienda lo siguiente:

  • Respetar al máximo el ciclo del sueño cuando se trabaje a turnos. Al establecer los cambios de personal, se tendrá en cuenta el horario siguiente: por la mañana, entre las 6:00 y las 7:00; al mediodía, entre las 14:00 y las 15:00 y por la noche, entre las 22:00 y las 23:00. También es conveniente fijar ciclos cortos de trabajo, por lo cual es recomendable cambiar de turno cada dos o tres días, ya que apenas se alteran los ritmos circadianos. Dichos ritmos biológicos regulan determinadas funciones fisiológicas (la respiración, la temperatura o el funcionamiento del riñón) siguiendo un ciclo de 24 horas.
  • Establecer una red de comunicaciones sencilla y ágil que permita la solución rápida de problemas que puedan plantearse en los momentos de cambio de turno. Es recomendable disponer de algún sistema de registro de información que facilite la comunicación entre turnos y equipos de trabajo distintos.
  • Efectuar pausas cortas a lo largo de la jornada a fin de mitigar la fatiga mental. Si las pausas pueden ser distribuidas por la propia persona, serán más eficaces para la recuperación del organismo.
  • Disponer de áreas de descanso que faciliten la realización de pausas durante el trabajo y que estén acondicionadas para que el personal pueda tomar algún alimento.

Bibliografía

CC.OO. Castilla y León: Guía básica de riesgos laborales específicos en el sector sanitario.

VV.AA.: Enciclopedia práctica de Medicina del Trabajo. INSST.

INSHT: Riesgos del personal sanitario. Revista Erga FP nº 56.