Virus
Los virus son las formas de vida más pequeñas que se conocen (de 20
a 300 nm) y también las que tienen una constitución más simple.
Las características que los distinguen son las siguientes:
contienen un único tipo de ácido nucleico ADN o ARN, son
parásitos obligados y dependen completamente de sus huéspedes
para su reproducción: los virus proporcionan las instrucciones
para crear nuevos virus, pero son las células del huésped
quien los fabrica. La molécula de ácido nucleico del virus está
encerrada por una cubierta o cápside que consiste en una capa
simple de proteínas.
Los virus se dividen en tres clases principales: virus de los
animales, de las plantas y de las bacterias (bacteriófagos) presentando
una elevada especialización incluidas las estirpes celulares
que infectan, por ejemplo, las células hepáticas por el
virus de la hepatitis B o los linfocitos T por el virus de inmunodeficiencia
adquirida. No obstante, en ocasiones se produce
el salto interespecies como sería el caso del virus de la gripe
aviar.
Los virus, parásitos obligados, establecen dos tipos de interacciones
con sus huéspedes; en algunos casos, tras la penetración
y la formación de nuevos virus, ocurre la rotura o lisis
celular; en otros, los nuevos virus formados se van liberando sin
destruir la célula o bien insertan su ácido nucleico en el material
genético de la célula, pudiendo así
causar infecciones recurrentes o inducir la
formación de tumores.
Los daños causados por virus pueden
ser: indetectables, leves, severos, fatales,
teratogénicos o resultar en la formación de
un tumor. Existen medicamentos que pueden bloquear el ciclo de replicación del virus, pero tienen efectos
tóxicos secundarios. Los antibióticos no afectan a los virus.
Las medidas más eficaces son las gammaglobulinas y la vacunación.
Algunos ejemplos de infecciones causadas por virus son: las hepatitis A, B y C, las fiebres hemorrágicas o el herpes, entre otras.
Véase también[editar]
Legislación[editar]
Bibliografía[editar]
VV.AA.: Higiene industrial. INSHT.