Cultura preventiva
La cultura preventiva es el conjunto de creencias, normas, actitudes, roles y prácticas sociales y técnicas que se ocupan de minimizar la exposición de los trabajadores, directivos, clientes y público a situaciones consideradas peligrosas o nocivas. El concepto de cultura preventiva es aplicable tanto a una empresa como al conjunto de un estado (cultura nacional de prevención[1]), y es fundamental para su consecución la participación activa y el cumplimiento de las políticas a todos los niveles: trabajadores, empresarios, gobierno. Los elementos clave de una cultura preventiva son los siguientes:
- Hay normas y reglas sobre cómo actuar con seguridad.
- Las actitudes hacia la seguridad son positivas: existe una preocupación compartida por todos los miembros de la organización para evitar riesgos.
- Las prácticas de seguridad son reflexivas: existe la capacidad y el interés por reflexionar sobre la propia práctica, para detectar posibilidades de mejora.
Para desarrollar una cultura preventiva, la dirección puede desplegar los siguientes comportamientos:
- Demostrar su compromiso mediante su participación activa y mediante la asignación de recursos para las necesidades preventivas.
- Hacer de la seguridad un valor central, estableciendo objetivos de prevención y asignando responsabilidades para los distintos objetivos.
- Integrar la prevención en todas las decisiones y áreas funcionales, como la planificación de nuevas actividades (instalaciones, productos o servicios) o su inclusión en la evaluación del desempeño de trabajadores y mandos.
- Potenciar la participación de los trabajadores.
- Establecer canales de información y comunicación de doble sentido para la mejora continua.
En un contexto como el anterior, el sistema de gestión de la prevención tiene el terreno abonado para cumplir con éxito su misión. El sistema incluirá, así, un elemento fundamental: una política explícita de compromiso con la seguridad y la salud de los trabajadores. Si este compromiso es auténtico, se reflejará en todas las actuaciones de la dirección, legitimando y aumentando así la credibilidad del resto de elementos del sistema preventivo. De esta forma, los objetivos estratégicos de prevención no quedarán en meras desideratas, los trabajadores tendrán verdaderos incentivos para participar en el sistema y además recibirán con interés la necesaria información sobre el puesto de trabajo así como la formación correspondiente; la planificación preventiva y de emergencias será mucho más que un simple documento, y el control y la revisión de acciones no quedarán como una tarea restringida de los técnicos de prevención.
Referencias[editar]
- ↑ Véase al respecto Sistema nacional de seguridad y salud en el trabajo.
Bibliografía[editar]
Eva Rimbau Gilabert: Liderazgo y prevención de riesgos laborales. "Seguridad y Salud en el Trabajo", nº 75. INSHT.
Pidgeon, N. F.: Safety, culture and risk management in organizations. "Journal of Cross-Cultural Psychology", nº 22.