Rinitis

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Inflamación asociada a rinitis alérgica

El término rinitis comprende un grupo heterogéneo de trastornos nasales que cursan con la presencia de uno o más de los siguientes síntomas: congestión nasal, hidrorrea, estornudos y prurito nasal. La congestión nasal suele ser el síntoma más molesto.

Rinitis alérgica[editar]

La rinitis alérgica (RA), o fiebre del heno, es una enfermedad inflamatoria de la mucosa nasal, mediada por anticuerpos IgE y causada por la exposición a algún alérgeno en pacientes previamente sensibilizados. Está considerada la enfermedad alérgica de mayor prevalencia. La RA puede repercutir de forma importante sobre la calidad de vida, al afectar al sueño, la concentración, la productividad, el aprendizaje, la vida social y el deporte.

En el conjunto de toda España los alérgenos causales más frecuentemente implicados son los pólenes (gramíneas, olivo, chenopodiáceas, ciprés, plátano de sombra, artemisia, parietaria) seguido por los ácaros (Dermatophagoides pteronyssinus, Dermatophagoides farinae, Lepidoglyphus destructor), epitelios (gato y perro) y hongos (sobre todo Alternaría alternata).

En el ámbito laboral, se han descrito numerosas sustancias que producen rinitis ocupacional con relativa frecuencia en panaderos (harina), carpinteros (madera), pintores y trabajadores de artes gráficas (pegamentos, goma arábiga), trabajadores de la manufacturación de alimentos, etc.

El diagnóstico de la RA se basará en la anamnesis detallada, la exploración física y las exploraciones complementarias. La exploración física incluirá la inspección y palpación de la anatomía nasal. Es accesible para cualquier profesional efectuar una rinoscopia anterior, que permitirá ver deformidades estructurales (por ejemplo, una desviación septal o pólipos), cantidad y calidad de las secreciones nasales, aspecto de los cornetes y presencia o no de obstrucción unilateral. Siempre es recomendable efectuar la auscultación pulmonar.

Las exploraciones complementarias para llegar al diagnóstico etiológico incluirán las pruebas cutáneas intraepidérmicas (también llamadas prick test) con los inhalantes relevantes de la zona, así como los específicamente relacionados con el hábitat y trabajo del paciente. Tienen un alto valor predictivo y muestran una buena correlación con las pruebas diagnósticas in vitro o las pruebas de provocación.

Rinitis infecciosas[editar]

Rinitis vestibular. Foliculitis del vestíbulo nasal[editar]

Es la infección de un folículo pilosebáceo del vestíbulo nasal, generalmente producida por Staphilococcus aureus.

Se manifiesta por dolor nasal localizado, con tumefacción en la zona afectada e hiperemia del vestíbulo nasal, pudiendo llegar a formarse un furúnculo.

El tratamiento es local, con pomadas antibióticas, antibióticos sistémicos activos frente a Staphilococcus y tratamiento sintomático con analgésicos y antiinflamatorios. Estos forúnculos no se deben manipular, para evitar complicaciones graves, aunque poco frecuentes, como la tromboflebitis del seno cavernoso.

Rinitis aguda vírica, coriza o resfriado común[editar]

Los virus más frecuentemente implicados son los Rhinovirus.

Se transmite por vía aérea a través de las gotitas de saliva, gotitas de Flügge, estornudos.

Hay una primera fase, con malestar general, cefalea, escalofríos, sensación de enfriamiento, dolores musculares y eventualmente febrícula. Posteriormente aparece la obstrucción nasal, rinorrea fluida, que más tarde será mucoide, crisis de estornudos, hiposmia, aumento de los síntomas generales y lagrimeo. La fase de mejoría clínica aparece entre los 5 y 8 días, remitiendo progresivamente la sintomatología.

En la exploración, por rinoscopia anterior, se observa una mucosa nasal hiperémica, tumefacta, cornetes congestivos, con abundantes secreciones fluidas, transparentes, acuosas al principio, que posteriormente serán espesas, mucosas.

El tratamiento es sintomático, con analgésicos, antipiréticos y antihistamínicos por vía oral. Se recomienda la realización de lavados nasales con suero fisiológico. Para aliviar la obstrucción nasal pueden utilizarse vasoconstrictores nasales tópicos, aunque no deben utilizarse más de cuatro o cinco días para evitar el efecto rebote y la consiguiente rinitis medicamentosa. Se recomienda tomar abundantes líquidos y la realización de lavados nasales con suero fisiológico. Los antibióticos se reservarán para las sobreinfecciones bacterianas o la aparición de complicaciones.

Rinitis aguda bacteriana[editar]

Habitualmente aparecen por sobreinfección de una rinitis vírica. Los gérmenes más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Haemophillus influenzae y Moraxella catarrhalis.

En el contexto de una rinitis vírica, las secreciones se vuelven más espesas, mucopurulentas, mejorando los estornudos. Pueden complicarse con sinusitis u otitis.

El tratamiento se realizará con antibióticos, además del tratamiento sintomático.

Rinitis infecciosa crónica inespecífica[editar]

Caracterizadas por un estado de rinitis con síntomas y signos infecciosos persistentes (más de 12 semanas), con periodos de mejoría y remisión. Más frecuente en niños.

Las rinitis agudas de repetición pueden producir la persistencia de la inflamación nasal y la cronificación de los síntomas. Esta inflamación, generalmente afecta también a los senos paranasales (rinosinusitis).

Estas reagudizaciones infecciosas, producidas por virus o bacterias, están favorecidas por unos factores predisponentes para la cronificación, ya sean locales o generales, como la alergia, alteraciones mucociliares, inmunodeficiencias, alteraciones endocrinas (diabetes, hipotiroidismo), infecciones de vecindad (sinusitis, adenoiditis), desviaciones septales, pólipos nasales, tumores, que obstruyen el drenaje y provocan la acumulación de secreciones, estímulos irritativos crónicos (humos, tabaco, polvo, drogas inhaladas por la nariz), rinitis secundarias a medicamentos.

Los pacientes con rinosinusitis crónica presentan obstrucción nasal, de intensidad variable, alternante o bilateral y constante, rinorrea mucosa pudiendo llegar a ser mucopurulenta. En algunos casos existe sensación de cabeza embotada, hiposmia y tos debido a la rinorrea posterior.

En cuanto al tratamiento, se impone la corrección de los factores predisponentes. El tratamiento médico será sintomático, se utilizarán corticoides tópicos nasales por su papel antiinflamatorio, y se indicarán lavados nasales con suero fisiológico para evitar el estancamiento de las secreciones. Si se utilizan vasoconstrictores nasales será durante cortos períodos de tiempo.

Rinitis infecciosas crónicas específicas[editar]

Son las manifestaciones nasales de enfermedades infecciosas específicas generales: difteria, rinoescleroma (Klebsiella rhinoescleromatis), lepra, tuberculosis, sífilis, actinomicosis, leishmaniasis, hongos (Aspergillus, mucormicosis).

Los síntomas son obstrucción nasal variable y rinorrea mucopurulenta, a veces sanguinolenta, costras nasales, alteraciones del olfato y en ocasiones dolor facial. Puede haber afectación también de los senos paranasales.

En la exploración nasal se encuentra, además de las secreciones, una mucosa inflamada, con costras, úlceras o lesiones granulomatosas.

El diagnóstico se realiza mediante el estudio microbiológico, histopatológico y serológico, permitiendo realizar el diagnóstico diferencial con neoplasias, linfomas y granulomatosis de Wegener.

El tratamiento será etiológico.

Bibliografía[editar]

VV.AA.: Enciclopedia práctica de Medicina del Trabajo. INSST.