Prion
El prion consiste en esencia en una molécula de proteína cuya configuración es anómala y que, por ello, no puede ser eliminada
del organismo por los mecanismos de hidrólisis enzimática
habituales. Además, tiene la propiedad de inducir la modificación
de las moléculas de proteína normales convirtiéndolas en
moléculas anómalas; de forma incorrecta, pero simple, se puede
decir que “la molécula se reproduce”. La conjunción de ambos
factores, formación y no-eliminación, produce una acumulación
de la proteína anómala en ciertos tejidos provocando su
destrucción.
Las enfermedades causadas por priones son muy específicas
de cada especie animal y no es fácil el contagio entre individuos
de especies diferentes. La vía principal de contagio es la digestiva
por ingestión de alimentos contaminados. También se ha
demostrado en laboratorio la transmisión mediante la inoculación
en los tejidos de material contaminado; por otra parte, no
existen evidencias de su transmisión por vía aérea, si bien
debe evitarse la formación de aerosoles debido al riesgo de transmisión
indirecta por vía digestiva.
Métodos de desactivación de los priones
Por tratarse de moléculas, los mecanismos habituales de prevención, protección y tratamiento de enfermedades infecciosas (desinfección, vacunación, tratamiento con antibióticos, etc.) son ineficaces. En particular, los productos normalmente utilizados en la desinfección (formaldehído, alcohol, glutaraldehído, peróxido de hidrógeno, radiaciones ultravioletas, radiaciones ionizantes, etc.) son ineficaces. Entre los métodos de inactivación de los priones se pueden destacar los siguientes:
- Autoclave >134 ºC, 18 minutos.
- Hipoclorito sódico (20 ºC, 1 hora).
- Hidróxido sódico 2N.
- Fenol 90%.
- Éter.
- Acetona.
- Permanganato potásico 0,002 M.
- Urea 6 M.
- 2 - Cloroetanol.
- Cloroformo.
Bibliografía
VV.AA.: Higiene industrial. INSHT.