Ducha de seguridad
La ducha de seguridad es un elemento de respuesta a situaciones provocadas por derrames o salpicaduras en laboratorios o lugares en los que exista la posibilidad de incidentes de este tipo.
La ducha de seguridad debería estar situada a una distancia no muy superior a 8 o 10 metros de los puestos de trabajo que presenten los riesgos para los que aquella ha sido instalada; se ubicará en un lugar visible y preferiblemente en la dirección de salida del laboratorio. Se indicará adecuadamente su situación con la correspondiente señal (Figura 1). En el plan de seguridad y emergencia del laboratorio se establecerá el procedimiento de uso.
Requisitos de las duchas de seguridad
- La ducha debe proporcionar un caudal de agua potable suficiente para empapar a una persona completa e inmediatamente; hay que procurar que el agua no esté fría (preferiblemente entre 20° y 35°) y que disponga de desagüe, ya que su ausencia implica que, en la práctica, no se realicen ensayos periódicos sobre su funcionamiento.
- El cabezal debe tener un diámetro suficiente para impregnar totalmente a la persona (20 cm) y sus orificios deben ser grandes. La distancia desde el suelo a la base del cabezal de la ducha debe permitir que la persona permanezca erguida; la separación desde la pared al cabezal debería ser suficiente para que cupieran dos personas. Es recomendable que la distancia desde el suelo al pulsador no supere los 2 metros.
- La válvula de apertura debe ser de accionamiento rápido, el accionador debe ser fácilmente atrapable; los modelos más adecuados son los que tienen un accionador triangular unido al sistema mediante una barra fija.
- Las llaves de paso de agua de la instalación deben estar situadas en un lugar no accesible para el personal para evitar que se corte el suministro de manera permanente.
- Es útil disponer de un sistema de alarma acústica o visual que se ponga en marcha al utilizar el equipo y así permita que el resto de personal se entere de que existe un problema y pueda acudir en auxilio.
- Las duchas colocadas en vestuarios o lavabos pueden realizar las funciones subsidiarias en casos de laboratorios de poca superficie y para pequeñas quemaduras o salpicaduras en la ropa.
Mantenimiento
- Comprobar diariamente que hay agua disponible en la ducha.
- Comprobar periódicamente el estado general de la instalación, el estado de las válvulas y los desagües, y que el flujo suministrado sea el adecuado. Las periodicidades deberían estar contempladas en un programa permanente de control y mantenimiento.
Cualquier corte de agua de la instalación general debería ser comunicado previamente al laboratorio.
Véase también
Bibliografía
VV.AA.: Nota Técnica de Prevención 500. Prevención del riesgo en el laboratorio: elementos de actuación y protección en casos de emergencia.
Notas prácticas. "Duchas de seguridad y fuentes lavaojos: ubicación y utilización". Erga Noticias, número 62. Enero-febrero 2000.