Tuberculosis
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa transmisible causada por las especies del complejo Mycobacterium tuberculosis (bacilo de Koch), de evolución crónica. Esta enfermedad afecta típicamente a los pulmones (tuberculosis pulmonar) aunque puede afectar también a otros órganos (tuberculosis extrapulmonar). El reservorio fundamental es el ser humano infectado, que puede desarrollar la enfermedad y transmitirla por vía aérea eliminando bacilos al toser o estornudar. En el 90% de los infectados la respuesta inmunitaria es suficiente para evitar el desarrollo de enfermedad y los bacilos permanecen en estado latente; esto es lo que se conoce como Infección Latente Tuberculosa (ILT). En el otro 10% la infección progresa a enfermedad y se producen las manifestaciones clínicas de la Enfermedad Tuberculosa (ET). En general, una proporción relativamente pequeña (5-15%) de los aproximadamente 2-3 millones de personas infectadas por M. tuberculosis desarrollarán enfermedad tuberculosa a lo largo de su vida, siendo este riesgo mucho mayor en los dos primeros años tras la infección y en inmunodeprimidos.
El estudio de los contactos laborales forma parte de los programas de control de la tuberculosis en el ámbito laboral y debería realizarse siempre que se detecte y confirme una enfermedad tuberculosa en un trabajador, con la aplicación del sistema de círculos concéntricos. El rendimiento de este estudio variará en función de la incidencia y prevalencia de la enfermedad.
Riesgo de tuberculosis en los laboratorios[editar]
La entrada en el organismo puede producirse por inhalación de aerosoles infecciosos, inoculación parenteral (de forma accidental), contacto directo de las mucosas, y por ingestión.
Las infecciones con M. tuberculosis constituyen un peligro probado para el personal de laboratorio, especialmente en la manipulación de las muestras que se emplean en el diagnóstico de la enfermedad, como esputos, orina, aspirado gástrico o bronquial, líquido cafelorraquídeo y pleural, tejidos procedentes de animales infectados de forma natural o experimental, etc.
Medidas preventivas[editar]
Nivel de contención 3 y prácticas higiénicas adecuadas para cualquier trabajo en el laboratorio que implique la manipulación de muestras biológicas potencialmente contaminadas con estos agentes. El laboratorio de experimentación animal también debe adoptar un nivel de contención 3, especialmente en los trabajos con primates (no homínidos) y con pequeños roedores infectados de forma natural o experimental.
Véase también[editar]
Legislación[editar]
Bibliografía[editar]
VV.AA.: Estudio de contactos tras exposición accidental a tuberculosis en un Servicio de Urgencias. Revista Medicina y seguridad del trabajo nº 245. 2016.
Rosa Mª Alonso Espadalé, Angelina Constans Aubert: Nota Técnica de Prevención 585. Prevención del riesgo biológico en el laboratorio: trabajo con bacterias.