Trastorno por estrés postraumático

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El trastorno por estrés postraumático (TEPT) se considera un trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad. Se caracteriza por la aparición de síntomas específicos tras la exposición a un acontecimiento estresante, extremadamente traumático, que involucra un daño (físico o psicológico) o es de naturaleza extraordinariamente amenazadora o catastrófica para el individuo. Estos síntomas provocan una ruptura en el sentimiento de seguridad de la persona, originando una respuesta de temor, desesperanza, indefensión, o de horror intensos.

Criterios diagnósticos del trastorno de estrés postraumático[editar]

  1. La persona ha estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido los siguientes acontecimientos:
    La persona ha experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de los demás.
    La persona ha respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos.
  2. El acontecimiento traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de las siguientes formas:
    Recuerdos del acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones.
    Sueños de carácter recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar.
    El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo (se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse).
    Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
    Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
  3. Evitación persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
    Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
    Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan el recuerdo del trauma.
    Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
    Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
    Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
    Restricción de la vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor).
    Sensación de un futuro limitado (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, tener la esperanza de una vida normal).
  4. Síntomas persistentes de aumento de la activación(arousal) (ausentes antes del trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
    Dificultad para conciliar o mantener el sueño.
    Irritabilidad o ataques de ira.
    Dificultades para concentrarse.
    Hipervigilancia.
    Respuestas exageradas de sobresalto.
  5. Estas alteraciones (síntomas de los criterios 2, 3 y 4) se prolongan más de un mes.
  6. Estas alteraciones provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Factores favorecedores del TEPT de origen laboral[editar]

  • Desempeñar puestos de responsabilidad. Aunque puede aparecer en trabajadores de cualquier puesto de trabajo, se ha descrito un mayor riesgo en los puestos de dirección, a causa de los conflictos entre sus responsabilidades operativas, su sentimiento de responsabilidad personal por los empleados a su cargo y su propia sensación de shock y dolor.
  • Los horarios de trabajo. La necesidad de cumplir horarios poco flexibles, constituye a menudo un importante factor de estrés. Este factor es determinante en trabajadores sometidos a turnicidad y nocturnidad laboral.
  • El trato al público. Hacer frente a las exigencias del público, en ocasiones poco razonables, representa una fuente considerable de estrés.
  • El aislamiento. El trabajo en solitario constituye un factor de riesgo importante. Si surge un problema, es más difícil conseguir ayuda y las pérdidas de atención favorecen los accidentes.
  • La estancia fuera de casa. Al estrés causado por la separación de familiares y amigos, hay que añadir el derivado tener que adaptarse a comidas y cambios de alojamiento continuos.
  • La existencia de problemas de salud. La existencia de limitaciones físicas o psíquicas derivadas de enfermedades que disminuyan la capacidad de respuesta del trabajador, puede aumentar el riesgo de desarrollar TEPT ante situaciones límite.
  • El consumo previo de fármacos, drogas y alcohol. Algunos medicamentos pueden provocar somnolencia y disminuir la capacidad de atención, el tiempo de reacción y la coordinación, sobre todo cuando se combinan con la ingestión de bebidas alcohólicas u otras sustancias psicoactivas.

Bibliografía[editar]

VV.AA.: Enciclopedia práctica de Medicina del Trabajo. INSST.